Al término de la Guerra civil
española en 1939, y el comienzo así de la dictadura de Francisco Franco el
régimen puso en marcha una política económica intervencionista y autárquica, es
decir, prácticamente no comerciaba con otros países lo que provocaba la
falta de productos de primera necesidad; basando su principal principio en el
autoabastecimiento. Esto demostrará en la historia que quizás no haya sido la
mejor opción tomada, el "cerrar" la economía de un país de tal manera.
Por si fuera poco, otra
de las grandes problemáticas del fuerte intervencionismo del Estado en la
economía es que provocó grandes ineficiencias: los salarios bajaban los precios
subían y la productividad agraria se vio afectada ocasionando importantes hambrunas
,así expone el historiador español Miguel Ángel del Arco, para su artículo en
el periódico “El
Confidencial” : explica que se vivió
en silencio frente a la europea, pero “mató más que la guerra”. Frente a ello,
el régimen llega a tener que utilizar cartillas
de racionamientos para repartir la comida entre la población. Además, la
industrialización del país se detuvo en cierto modo.
Quizás esta poca apertura
económica se ve reflejada en aspectos internacionales: a pesar del lavado de
imagen que Franco quiere dar a España posteriormente, eliminando oficialmente
el saludo fascista entre otros símbolos y quitándole importancia a la falange. el
único partido en España, la ONU vetó la inclusión de España en la organización.
Cerca de la Segunda Etapa de la dictadura, el inicio de la Guerra Fría y la Guerra de Corea, unido al lavado de cara del régimen centrado en el anticomunismo comenzó a surgir efecto, todo ello llevó a la ONU a admitir a España en el exterior en 1955.
Podemos decir que la economía española en los 60 estaba dopada por cuatro motivos: los emigrantes españoles en Europa central y Latinoamérica repatriaban grandes cantidades de capital; España ganó estabilidad y comenzó a recibir inversión del exterior. El aumento del comercio internacional bajó el precio de las materias primas. Además, por si fuera poco, España comenzó a recibir ingentes cantidades de turistas procedentes de otros países europeos.
El crecimiento fue tal que la media de crecimiento de PIB en
los años 60 fue superior al 7 % anual ,sin embargo, todo este crecimiento
económico trajo consigo un despertar social, nuevas huelgas se sucedieron
en las minas asturianas. Influyen en cuanto al sector político los estudiantes universitarios, que organizaron
fuertes movilizaciones reclamando mayores libertades e incluso sectores
progresistas de la propia iglesia, que se unían a las protestas mientras el partido
comunista organizaba una oposición clandestina desde el interior, sin
embargo el mayor problema para el régimen surgía desde el País Vasco
donde ETA tomaba las armas cobrándose su primera víctima premeditada en 1968.
Además, en 1968 el gobierno franquista concedía la independencia por petición de la ONU a Guinea Ecuatorial. El año siguiente Franco nombraba a Juan Carlos de Borbón cómo sucesor asegurando a la muerte del dictador el regreso de la monarquía Española.
En resumen y como finalización del contraste entre las dos fundamentales etapas del franquismo (de 1939-1945, con economía "más cerrada" y de 1945-1959 "más abierta al exterior") la clave sociológica para el entendimiento del carácter moderado y Pacífico de la transición española es la gran expansión de las clases medias. Su crecimiento, gran factor de estabilidad en cualquier país, es consecuencia del enorme desarrollo de la economía española entre 1960 y 1975, sumando a la mayor movilidad geográfica (éxodo del campo a la ciudad). Muchos campesinos se convierten en obreros industriales. En 1975 hay tres millones y medios de personas ocupadas en el sector industrial (excluida la construcción), cota máxima de nuestra historia, lo que repercute en un notable crecimiento de la renta.
La Alemania nazi junto a la España fascista
fueron dos de las fuentes de inspiración de la política económica
autárquica española durante los años 40.
La muerte de Franco puso fin al Régimen,
su muerte obliga a un replanteamiento general de la vida política, hecho que
corresponde a la transición (1975-1978).
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