La
Primera Guerra Mundial (1914 – 1918) agrupó a los
países enfrentados entre sí; siendo estos las potencias del Entente; Gran
Bretaña, Francia, Serbia y la Rusia Imperial, contra las potencias centrales:
Alemania y Austria-Hungría. No obstante, acaba agrupando a más países en ella.
Entretanto, la España de
1914 se encontraba bajo el mandato de Alfonso XIII, tras haber tomado la corona
de su antecesor Alfonso XII. La relevancia de esto viene dada del hecho de que España
no llegó a participar como beligerante, manteniéndose neutro tras la
declaración de la Gaceta de Madrid (cumple las funciones del actual BOE), ya
que el propio rey no consideraba esta opción, creyendo que España no estaba
preparada para una guerra; derivado de lo que a día de hoy se especula: “El bando aliado no la
necesitaba”; ya que en gran parte de la guerra España abastece esta
guerra.
No obstante, ello no
hunde más a España, sino que la mejora económicamente, claro ejemplo de que a
veces es mejor el aislamiento que una participación forzosa.
Durante estos años, no
cabe decir que el comercio Internacional sufre un retroceso y un escaseo de
materias primas que va a implicar de nuevo el aislamiento español.
Aunque en el sistema
político se suele situar este conflicto en los años de la caída del sistema de
la Restauración, económicamente hablando será positivo, precediendo a “Los Felices Años Veinte”, ocurridos durante la dictadura de Primo de Rivera.
En pocos años permite pagar casi del todo la
deuda exterior en capitales. Se nacionaliza la deuda exterior y se recupera por
los españoles la gran mayoría de las inversiones tenidas por extranjeros en
España. A base de este aumento extraordinario de riqueza ganado durante la
guerra europea, continuó funcionando la economía española en los años
siguientes. Pese a quedar fuera del ámbito temporal de su estudio, se avanzaba
allí una gran cifra estimada de los beneficios que la economía española, en su
conjunto, pudo obtener durante la guerra.
El principal impacto de la Primera Guerra Mundial en la economía española se produjo por el comercio exterior, según los datos disponibles, el saldo de exportaciones pasa de -5,6 respecto al nivel de importaciones frente a las exportaciones; a un saldo de 418,90 en millones de pesetas, debido al aumento de la exportaciones y el fuerte descenso de las importaciones, debido a su situación de estabilidad frente a los países vecinos.
Esto traerá como principales consecuencias un superávit comercial y en la balanza por cuenta corriente y un desarrollo de la industria por sustitución de importaciones, unido a beneficios en algunos sectores tales como la minería del carbón, industria manufacturera, banca, transporte marítimo y actividades comerciales.
Otra gran marca de lo
que generó exactamente el conflicto, es que justo a la progresiva recuperación
de las demás potencias, desde 1920: habrá un cambio de tendencia de la balanza comercial y la crisis industrial en
España.
Aún así, los beneficios logrados durante la Primera Guerra Mundial sirvieron para incrementar notablemente las reservas de oro del Banco de España y que ciertos activos financieros españoles en manos de extranjeros fuesen adquiridos por inversores nacionales. Sobre todo destaca el papel del auge en la industria ferroviaria.
Todo esto ayuda a que la gran banca se consolidase, financiando en los años siguientes la constitución
de grandes empresas.
No obstante, tras la guerra hay una crisis que afectó fundamentalmente al sector industrial y que se manifestó de diversas formas: principalmente con la desaparición de empresas surgidas durante la guerra debido a su falta de competitividad y la caída de los precios de los productos industriales e importante reducción de los beneficios empresariales; y junto a todo esto se reducirá la producción industrial.
Quizás esto nos haya dejado algo que influye a día de hoy y ayuda a comprender la historia notablemente: un reforzamiento de la protección arancelaria: Arancel Cambó (1922), que restauraba el nivel de protección que existía en España antes de la guerra, disminuido por la inflación.
De cualquier manera, se origina una conflictiva política y social notable: un desigual
reparto de las ganancias derivadas de guerra (aumentando en 120 unidades en
beneficios):
Se encuentran en la mayor parte de las actividades económicas entre 1915 y 1920; los salarios
aumentaron a partir de 1917-18 y no consiguieron compensar el aumento de los
precios hasta 1921.
Por todo ello, ese periodo nos ayudó a mejorar muchísimo económicamente hablando, pero, ¿hasta qué punto volvimos a la recesión? Tras la sensación de bienestar producido gracias a la neutralidad; todo acaba equiparándose poco a poco con los demás países.
De cualquier forma, es inexcusable admitir que con todo lo anterior, fue un gran avance.
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